lunes, 16 de octubre de 2017

¿Cuán buena es la catalogación de nuestra biblioteca?

A veces pensamos, con cierta ingenuidad, que tener los fondos de la biblioteca incorporados a una aplicación de gestión de bibliotecas de cierta solera como es Abies 2, es suficiente para poder decir que nuestros libros están bien catalogados, más aun cuando nos jactamos de seguir la Clasificación Decimal Universal, convenientemente adaptada a las necesidades de un instituto de secundaria. Pero… ¿hay, por así decirlo, niveles y niveles de catalogación? Una sencilla prueba nos ha dado la respuesta. Veámoslo.

El reto era encontrar, sin movernos del ordenador para fisgar en las estanterías, libros con los que preparar alguno de los múltiples días de los que se puede partir en un centro escolar para organizar una jornada de animación a la lectura: el Día internacional de la mujer, el Día Escolar de los Derechos de la infancia… Para ello hemos entrado en Abies, desechando la Consulta simple, en favor de la más capaz Consulta avanzada, y dentro de ella hemos hecho uso de la “Búsqueda en cualquier campo”, jugando con diversos términos clave “derechos”, “mujer”, “niño”, “infancia”… Los resultados han sido bastante decepcionantes, pues apenas hemos encontrado títulos que nos pudieran venir bien, lo que hemos atribuido, en un primer momento, a la inexistencia de los mismos en nuestras estanterías.

Dado que queríamos cerciorarnos de la bondad de nuestra conclusión, hemos optado por hacer una búsqueda sobre títulos que tenemos bien localizados en nuestra biblioteca, en concreto los referidos a mitología clásica. Los resultados han sido sorprendentes: haciendo la búsqueda por los términos más evidentes: “mitología”, “dioses”, Abies nos devolvía resultados escasos debido a que, a la hora de la catalogación, habíamos hecho escaso uso de un elemento que ahora se nos revela fundamental: los descriptores. Si libros cuyos títulos carecían de términos como “mitología”, “mitos” o “dioses” hubieran sido incorporados al programa informático con esos y otros descriptores (hoy los llamamos etiquetas) la búsqueda habría resultado notablemente más provechosa. Y si además hubiéramos hecho uso de otro campo bastante dejado al margen, el de la aplicación pedagógica, sin duda habríamos estado ante una catalogación de fondos casi perfecta. Habrá que intentarlo…

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